Putin y Navalni buscan a la juventud en sus campañas electorales
El joven universitario con inquietudes Oleg Alexéiev de 21 años y de Kaliningrado personifica la nueva generación que se ha unido a la nueva campaña de protestas liderado por Alexéi Navalni figura más destacada de la debilitada oposición rusa extraparlamentaria.
Oleg Alexéiev no podrá continuar sus cursos de Derecho pues el pasado mes de julio fue expulsado de la Universidad del Báltico El motivo oficial es haber pagado un pequeño soborno para no asistir a las clases de educación física. Pero según sus palabras su expulsión se debe a que participó en la manifestación anticorrupción que él mismo organizó el 12 de junio en la ciudad y a una reunión previa con el decano en el que le pedía trasladar el mitin a las afueras de la ciudad, a lo que se negó.
La corrupción y la falta de confianza en los políticos han cimentado el fenómeno
En el mitin no participaron más de 300 personas, pero ha sido una de las cientos de protestas que este año se han organizado en cientos de ciudades rusas, en marzo y en junio, contra la corrupción. Alexéiev piensa que es una forma de intimidación dirigida a los jóvenes, la mayoría universitaria, pero también de los últimos cursos de secundaria, que se han unido a las protestas.
La sociedad rusa actual según los sociólogos goza de un tiempo de relativa prosperidad, ha mejorado la educación, hay libertad para viajar y se tiene acceso a las tecnologías de la información. En la televisión pública se compara la situación actual con las continuas crisis económicas de la década de 1990, tras la desintegración de la Unión Soviética. Y los jóvenes se sienten atraídos por la exaltación que hace el poder de un pasado heroico con un papel protagonista la victoria en la Segunda Guerra Mundial contra la Alemania nazi.
La mayoría confía en el actual sistema pues Rusia goza de una relativa prosperidad. Sin embargo existe una parte que desconfía de la élite política y ha encontrado en el carisma de Navalni una forma activa de expresarse.
Según Ksenia Fadéieva, de la oficina electoral de Navalni :“pienso que lo que ocurre es que los menores de 25 años no ven prácticamente la televisión. Obtienen la información online, donde internet es mucho más libre.
Alexéi Navalni ,ignorado por los medios oficiales, ha volcado todas sus campañas en internet, incluyendo un vídeo donde acusaba de corrupción al primer ministro Dimitri Medvévev y que sirvió para lanzar las manifestaciones en todo el país.
Navalni ha conectado con los más jóvenes con un estilo directo, claro y a veces irreverente. La analista Yekaterina Shulman en el canal de televisión independiente Dozhd (RV Rain) expresó que “Es un líder capaz de hablar con los jóvenes y por él están dispuestos a salir a la calle”
Son unos jóvenes que nacieron poco antes del primer mandato de Putin y ahora adultos admitan que la situación en general ha mejorado pero hay corrupción. Según un informe de la Escuela Superior de Economía de mayo pasado el 66% de los estudiantes universitarios manifiestan que la corrupción es el principal problema del país. Para hacer frente a las manifestaciones el gobierno utilizó a los antidisturbios y el arresto sistemático de manifestantes.
Sin embargo los jóvenes siguen prefiriendo al Kremlin.
Aún no es oficial pero es más que probable que el jefe del Kremlin de 64 años decida ir a la reelección en marzo del 2018 para ser presidente de Rusia otros seis años.
Navalni de 41 no podrá presentarse a las elecciones pues contra él pesan varias condenas por fraude que sus seguidores dicen fueron fabricadas para cortar su carrera política
La campaña de protestas contra la corrupción tiene un segundo objetivo y es que Navalni cuente con suficiente apoyo como para obligar a las autoridades a permitir su candidatura.
Este abogado fue conocido en el 2008 por su blog anticorrupción. En el 2011 y el 2012 se convirtió en la cara más destacada de las protestas contra el fraude electoral en las elecciones legislativas y contra Putin, las más multitudinarias desde su llegada al poder hace ya 17 años. En el 2013 se presentó a la alcaldía de Moscú y con una campaña barrio a barrio obtuvo casi un 30% y estuvo a punto de forzar una segunda vuelta con el actual alcalde Serguéi Sobianin.